
Sabía que no debía mirar hacia atrás
Porque mi cuerpo se haría estatua de sal
Pero atrás quedaban los besos que te di
Y los abrazos y todo lo demás
Atrás estaba mi corazón en pedazos
Y mis sueños infantiles de ser princesa
Con su Príncipe azul
Atrás quedaban los días de sol
Las tardes grises con su lluvia de tul
Y las montañas cubiertas de copos blancos
Atrás se escondieron mis deseos febriles
De las calurosas y locas tardes de muchos abriles
Como no tener esa terrible tentación
De mirar hacia atrás
Aun con el miedo de ser estatua de sal…
Cada lágrima salada que corre por mi rostro
Desvanece la estatua en que finalmente
En una tarde calurosa de abril
Por ver hacia atrás, me convertí.