jueves, 11 de noviembre de 2010

BELLA DURMIENTE

Llegó puntual a la cita. Lugar y hora convenida. No había nadie. Extrañada ingresó a su correo desde su teléfono para volver a leer el mensaje. No había duda. Entonces, decidió esperar. Cuando él la despertó habían transcurrido 100 años.

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