Dejé perdidas en el camino de la vida, las ilusas horas
Esas donde reinaban las alucinantes mentiras
Que aquella mente perturbada me decía cual verdades
Y que yo fingía que las creía en medio de sus veleidades.
Me pregunto en esta hora que la alumbra ese lucero
Que en diciembre resplandece en el cielo azul pizarra
¿En qué lugar del universo se desvanecen las mentiras
Que se dicen entre mil besos mientras se consumen las ansias?
¿Cómo se diluyen las falsas palabras que se dicen
Fingiendo alcanzar el punto profundo de un alma
Cuando es tan solo el disfrute de un cuerpo
La verdadera intención de ese encuentro?
¿Quien podrá enseñarme ese lugar
E ir a buscar en él todas las mentiras que dijiste
Con ellas jugar a que eran verdades
Y consolar a mi corazón agonizante?
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